Responsabilidad

Relata un cuento zen que en un monasterio había un discípulo que desafiaba siempre a su maestro. Cierta vez, ocultando a sus espaldas a un pájaro que sostenía en las manos, el discípulo se paró desafiante ante el maestro y le preguntó: “Maestro, aquí detrás de mí tengo un pájaro. Dígame usted que lo sabe todo: ¿está vivo o está muerto?”. (De tal modo, si decía que el pájaro estaba vivo lo ahorcaba y si decía que estaba muerto abriría sus manos y lo dejaría volar.) El maestro lo miró a los ojos con respeto y compasión, respiró profundamente y con mucho amor le respondió: “Eso depende de ti. La solución… está en tus manos!”.

La pregunta más profunda del maestro a su desafiante discípulo es: «¿Cómo quieres vivir tu vida?, ¿Cómo quieres usar el poder que está en tus manos?». Ésa es la pregunta que formula también el Coach a su coachee: «¿Qué quieres que ocurra en esta situación?; dadas las circunstancias ante las cuales la vida te enfrenta, ¿Cómo puedes responder eficazmente a esta situación?».

RESPONSABILIDAD 【respons(h)habilidad】es precisamente a lo que alude el relato. Cómo responder «frente a…» las situaciones o circunstancias. No se trata de tener «la culpa de…», sino de observar cómo nos posicionamos frente a las cosas que nos acontecen y elegir las acciones desde una libertad esencial.

Hay una enorme diferencia de acuerdo con la manera en que relatamos un suceso. Por ejemplo: imaginemos que estoy sosteniendo un objeto entre los dedos de mi mano. Abro la mano y el objeto cae al suelo. Ante la pregunta: ¿porqué cayó el objeto?, algunos responderán: «por la fuerza de la gravedad»; otros dirán: «porque lo soltó». Podría haber otras explicaciones; pero en estas dos anteriores, ¿alguna es falsa? Claro que no!. Ambas son igualmente válidas y al mismo tiempo son diferentes maneras de explicar el fenómeno. Entonces, ¿dónde radica la diferencia? En la primera explicación estaremos poniendo la responsabilidad fuera de nosotros (fuerza de gravedad); en la segunda asumimos respons(h)abilidad (yo lo solté). Estaremos, así, dando dos tipos de explicaciones que llamaremos explicaciones tranquilizadoras y explicaciones generativas. Cada una de ellas genera respuestas y acciones claramente distintas.

EXPLICACIONES TRANQUILIZADORAS (O REACTIVAS)

El mundo en general, y el mundo de las organizaciones en particular, está lleno de explicaciones tales como: «si no fuera por», «la culpa es de», «yo soy así», «la cultura de la compañía», «la vorágine del tiempo», «el injusto de mi jefe», «se cayó el sistema», etc. Son las explicaciones del tipo «ley de la gravedad». De acuerdo con este tipo de explicación, el objeto de mi mano cayó atraído por (o por culpa de) la ley de la gravedad. Conociendo el «mal carácter» de mi jefe, si tengo que decirle que no cumplí con mi compromiso porque se cayó el sistema, ¿estoy tranquilx? Probablemente no!. Entonces, ¿porqué las llamo explicaciones transquilizadoras? Son tranquilizadoras, no porque resuelvan algo. El problema sigue existiendo. Lo son porque en ellas me declaro inocente y pongo la responsabilidad en el sistema, o en la cultura o en el tiempo, o…; siempre habrá un motivo. Así, lo que obtengo lo explico como consecuencia de factores externos a mí. Es una explicación «irresponsable»; que quiere decir: ❮yo no tengo nada que ver con lo que pasa… ni con su solución❯. No asumo la responsabilidad de haber podido generar una respuesta diferente (p.ej. buscar otra manera de responder al compromiso con mi jefe, o avisarle con anticipación que no podré responder satisfactoriamente a su solicitud y generar un nuevo compromiso, etc.). Dar estas explicaciones no es gratuito. Tiene el enorme coste de ubicarnos en el rol de víctima. Me declaro inocente, pero al mismo tiempo también impotente e incompetente. Estas explicaciones cierran posibilidades de responder a una situación.

EXPLICACIONES GENERATIVAS

Haciéndome parte del problema, puedo ser parte de la solución. Aquí, a diferencia de la situación anterior, lo que obtengo es lo que contribuyo a producir. Soy parte contribuyente de un resultado. No me hago culpable, asumo el poder que está en mis manos, comunicando el inconveniente y solicitando ayuda o pidiendo sugerencias a mi jefe; me transformo en protagonista. Obrar de esta forma también tiene un coste y se llama RESPONSABILIDAD.

Estas explicaciones abren posibilidades de acción; de responder a una situación (sabiendo que no tendré el coche mañana, salir más temprano porque iré en transporte público; avisar con anticipación que una entrega se hará con cierto tiempo de retraso, etc.)

COACHING Y RESPONSABILIDAD

La pregunta que hace el maestro a su discípulo es la que formula también el Coach a su Coachee: «¿Qué quieres que ocurra en esta situación? Dadas las circunstancias, ¿cuánta responsabilidad estás dispuestx a asumir?, ¿Cómo responder eficazmente?». Es decir, ante un determinado hecho la pregunta es: «¿Qué historia elegirás contar? ¿la historia de la víctima o la historia del protagonista?».

La cuestión pasa por asumir responsabilidad 【respons(h)abilidad = habilidad para responder a una situación】. Pasa por tomar conciencia de que, aun en las circunstancias más difíciles, puedo elegir quien voy a ser. Actuamos como somos, pero también somos como actuamos. La acción genera ser y puedo elegir.

¿QUIEN QUIERES SER?

📖 Texto extraído del libro de Leonardo Wolk, ❮Coaching-El arte de soplar las brasas❯.